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ACTUALIDAD - 02-11-2016

Editorial

Estimados asociados

En estos últimos meses hemos asistido en el mundo, pero especialmente en Europa, a una oleada de desgarradores atentados terroristas a manos de los yihadistas que han dejado patente que necesitamos dotarnos de los instrumentos necesarios para articular una respuesta integral, unificada y permanente. Una respuesta común de todos los países y en todos los ámbitos que consiga que podamos ocuparnos de los riesgos antes de que devengan en amenazas.

Esto no es algo nuevo para nosotros: desde la AVT llevamos años denunciando que hacen falta hechos concretos para terminar con esta lacra, y lo sabemos porque tenemos a nuestras espaldas una larga y dura historia de lucha contra el terrorismo que aún no ha terminado.

El terrorismo yihadista, cada vez más empapado de una macabra cultura del espectáculo, es una amenaza global que combina elementos políticos y religiosos que debemos combatir, por supuesto desde el punto de vista policial y judicial para que los terroristas sigan siendo detenidos, juzgados y condenados, pero también centrándonos en pensar en conjunto y no en intereses particulares. Hace falta una respuesta diplomática y de colaboración entre los diferentes países, porque son la democracia, los derechos humanos, la libertad individual, el pluralismo y las sociedades abiertas lo que está siendo atacado, y España y Europa representan todas estas ideas.

Para combatir el terrorismo global también necesitamos gobiernos fuertes y políticos valientes con las ideas claras. En estos tiempos de inestabilidad política en los que por desgracia vemos entre nuestros líderes cómo priman los intereses individuales por encima del bien común de todos los españoles, queremos destacar desde un artículo de esta edición de "Por ellos, por todos" las líneas maestras que desde nuestro punto de vista deben de marcar la política antiterrorista y de reconocimiento a las víctimas para que verdaderamente sean eficaces y no meros gestos de cara a la galería.

La responsabilidad también recae sobre nosotros, la sociedad. Necesitamos ser una sociedad viva que deslegitime las ideas fanáticas y totalitarias, no que reciba como héroes a los que no son otra cosa que terroristas.  La sociedad española ha sido militante contra el terrorismo cuando contó con el liderazgo político que supo impulsar una movilización ciudadana contra ETA, y es nuestra obligación recuperar ese espíritu y revolvernos ante las manifestaciones que incitan o justifican el uso de la violencia y la eliminación del contrario con fines políticos.

Este terrorismo global al que ahora nos enfrentamos genera no sólo una denigrante violencia física, también psicológica. Son hábiles manejando los tiempos y  cuentan con una efectiva estrategia de comunicación para difundir la propaganda del terror. Pero no, no podemos permitir que consigan que vivamos con miedo. Desde AVT vamos a seguir denunciando las injusticias, alzando la voz cuando sea necesario y siendo valientes. Como antes he mencionado, nosotros en esto tenemos algo de experiencia.  Los más de 50 años de terrorismo que hemos sufrido en España nos han tenido en la calle día sí y día también denunciado esta sinrazón que recordemos que no ha terminado y sólo lo hará cuando reconozcan el daño causado, colaboren con la justicia y entreguen las armas.

Así pues, queridos asociados, cuento con vosotros para hacer frente a esta lacra que nos amenaza. Ahora toca ser fuertes, y exigir que tanto nuestros políticos a nivel nacional como a nivel global planten cara con medidas eficaces y remen juntos en la buena dirección.

No quiero despedirme sin mencionaros que en estos cuatro meses que llevo ejerciendo como presidente de AVT, el balance no puede ser más positivo. Juntos estamos consiguiendo grandes cosas, aunque nunca es suficiente. Es necesario que sigamos luchando juntos para que la Verdad, la Memoria, la Dignidad y la Justicia prevalezcan en estos tiempos tan convulsos. Por mi parte, siempre será un placer capitanearos en esta lucha.

Pero tampoco me quiero olvidar de daros las gracias. Compartir con vosotros jornadas como las del Monasterio de Piedra, el Balneario de Trillo, despedir a nuestros niños del Campamento,  escucharos en las presentaciones de los libros de Testimonios y sumergirme en las experiencias que le relatáis a Natalia Moreno en nuestro proyecto audiovisual, no sólo me emociona, también hace que aumenten mis ganas luchar por lo que nos merecemos. Conocer vuestras historias me recuerda que es imprescindible que no permitamos que algunos dejen que caigamos en el olvido. Nosotros, que fuimos acribillados por unos asesinos sin escrúpulos, tenemos que ser los vencedores de esta historia, nunca los vencidos. No traicionemos a quienes dieron la vida por nosotros, a los verdaderos hombres de paz. Ellos merecen ser recordados como héroes y en nuestra mano está que no se tergiverse la historia.