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Intervención de Jorge Mota en las Jornadas de San Sebastián

ACTUALIDAD - 28-11-2018

Intervención de Jorge Mota en las Jornadas de San Sebastián

Quiero dar las gracias a la Presidenta de la Asociación de Victimas del Terrorismo  Maite Araluce y al Presidente de la Asociación Plataforma de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo Miguel Folguera,  por hacerme partícipe de estas Jornadas. Asimismo, agradecer a la Directora de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior Sonia Ramos, a las Autoridades civiles y militares, a las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado y muy especialmente a las Víctimas del Terrorismo, por contar con su presencia.

Quiero desarrollar una duda que me surge respecto de LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN EN LOS COLEGIOS Y LA ENSEÑANZA DE LOS VALORES y es EL DILEMA SOBRE LA CONVENIENCIA U OPORTUNIDAD DE EDUCAR EN VALORES EN EUSKADI.

Este tema es un poco delicado para desarrollarlo aquí, un tema que debiera ser de lo más fácil de realizar, un tema que no debiera de tener ninguna confrontación entre la sociedad, como así ha ocurrido en Madrid, La Rioja y Castilla León, que cuenta desde hace tiempo, con su propio material didáctico para los alumnos de cuarto de ESO y de segundo de Bachillerato,  pero aquí, y me refiero al País Vasco, es un tema que quema, un tema que quema porque así lo requiere la estrategia que se ha emprendido por la mayoría del mundo nacionalista, incluido el institucional.

Ya en el 2015, Arnaldo Otegui dijo:

Socializar el relato con el objetivo de convencer y ganar la batalla del mismo.

Por lo tanto estamos ante una maniobra calculada para difundir su relato.

Siguiendo lo explicado por los historiadores que han estudiado esta difusión interesada de lo ocurrido en Euskadi y en el resto de España con respecto a la actividad de ETA, especialmente quisiera reseñar lo dicho por los historiadores Castells, Molina o Gaizka Soldevilla que de lo que se trata  fundamentalmente es de “socializar su mensaje, que éste alcance la máxima difusión, sin importar su calidad, su solvencia historiográfica o su veracidad.

El asunto que nos incumbe, la educación en valores, no puede abstraerse de la polémica más reciente, de algo que no nos hubiera gustado tratar pero que la actualidad y lo humillante que resulta para las victimas del terrorismo ha venido a modificar tanto el fondo como la forma de esta ponencia. Me refiero a la Unidad Didáctica elaborada por el Gobierno Vasco para explicar o relatar la historia del terrorismo en las aulas vascas, que fue presentada por el Secretario General de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Jonan Fernández; la Vice Consejera de Educación, Maite Alonso; y la Directora de Gogora, Aintzane Ezenarro, el pasado 11 de octubre bajo el nombre de HERENEGUN, en castellano (ANTES DE AYER).

Esta Unidad Didáctica ha promovido y suscitado un aluvión de críticas y el rechazo unánime, incluido el de su socio de Gobierno el Partido Socialista de Euskadi. (PSE-EE)(PSOE)

Esta Unidad Didáctica, es tan partidista, que el propio Lehendakari Sr. Urkullu, como consecuencia del aluvión de críticas recibidas,  afirmó que se podía mejorar, pidiendo a los Partidos y Asociaciones, que hicieran llegar al Ejecutivo  vasco  sus consideraciones.

Y no es para menos, ya que, tomando las palabras del  escritor y editor D. LUIS HARANBURU ALTUNA que recogían que:

 “Tras la derrota del nacional-socialismo en Alemania,  a KONRAD ADENAUER  (Político alemán, Primer Canciller de la República Federal de Alemania), no se le ocurrió  llevar a las escuelas alemanas a los miembros de las SS o Gestapo para que explicaran a los niños alemanes su percepción de la política o facilitaran la convivencia entre los alemanes.

Tampoco  en la España posfranquista se llamó a  Blas Piñar o Girón de Velasco, para que dieran su visión sobre lo acontecido sobre el franquismo en aras de la reconciliación nacional, pero en el País Vasco somos tan distintos y originales -y permítanme y perdonen el calificativo: tan mezquinos-, que convocamos a terroristas convictos para que expliquen a nuestros hijos y nietos su visión sobre la convivencia entre vascos.

Esta Unidad Didáctica, se impartirá como experiencia piloto en ocho centros educativos, a alumnos de cuarto de la ESO y de segundo de Bachiller, con el objetivo de que estudien la historia de ETA y el contexto sociopolítico vasco entre los años 1960 al 2018.

Plantearía una pregunta retórica: Qué podemos hacer, para que algo básico, pero olvidado selectivamente en Euskadi, como es la vulneración de los derechos fundamentales de las personas durante más de 40 años, pueda ser explicado sin distorsión en las aulas.

En este caso planteo dos opciones:  Entrar en el asunto y emprender debates complejos y diría que visto lo visto imposibles por la distancia, tanto en la forma como en el fondo que hay entre los distintos actores, que no olvidemos uno de estos son las víctimas del terrorismo, y que son los que padecieron la tragedia de la forma más extrema, o podemos plantear que sean los historiadores quienes expongan y transcriban la verdad, pero no la que quieren imponer los victimarios o los que amparaban o justificaban de alguna forma el terror sobre lo que ocurrió.

En este sentido habría que analizar y consensuar además el cómo trasladar la historia sin distorsión y que  quién exponga ese relato, lo haga sin ese perverso intervencionismo político que se intuye en lo planteado por el Gobierno vasco (luego comentaré brevemente sobre la oportunidad o imparcialidad de quien tiene que trasladarlo a los jóvenes que no son otros que los docentes). Todo lo contrario de lo que ha hecho el Gobierno vasco. Primero, porque ha intervenido y segundo,  y lo más grave, porque no ha contado con la participación de las víctimas, al menos con la mayoría.

Educar en valores, entiendo que humanos, ya de por sí,  resulta complejo. Y es que contrarrestar a día de hoy la cultura de la imagen, del mensaje corto y de la falta de rigor en la comunicación, resulta titánico. Hablar en las aulas en el plano de lo ético, pese a ser un paradigma de comportamiento, debe hacerse desde la ausencia política. El educar a los menores o a los jóvenes en los valores humanos sobrepasa cualquier barrera cultural, porque establece las acciones básicas de las personas con el objetivo de generar y destacar como un principio fundamental de unión social, el bienestar individual.

Esto es quizás un plano teórico-político, un plano muy inferior de lo que significa el  respeto material a la vida, a la libertad de pensamiento, de opinión, de residencia, unos mínimos que aquí durante todo ese tiempo se han vulnerado de forma sistemática dentro de un Estado democrático de derecho avanzado, no porque lo digamos las victimas, sino los estudios internacionales sobre protección y amparo en los Estados democráticos.

Una duda, a mi juicio razonable, sería el preguntarse ¿por qué te