La red europea para concienciar sobre el radicalismo en la que participa activamente la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Radicalisation Awareness Network (RAN), ha hecho público hoy un manifiesto que incluye 24 recomendaciones para prevenir en el sistema educativo la radicalización que conduce al extremismo violento. El manifiesto, creado por el trabajo conjunto de cerca de un centenar de profesores y educadores de países miembros de la Unión Europea, busca asegurar que las prácticas exitosas que los profesores utilicen en sus clases en este sentido sean reconocidas y apoyadas.
Las medidas del manifiesto, que serán presentadas mañana en París a los ministros de Educación de la Unión Europea, hacen referencia tanto a los profesores como a las escuelas, los Gobiernos y demás agentes implicados en el sistema educativo.
El manifiesto pide una respuesta sostenible en la educación, equipando continuamente a las escuelas para prevenir la radicalización que puede derivar en extremismo violento, ya que es más eficaz prevenir con antelación para evitar atentados futuros. Por ejemplo, según expone el manifiesto, los educadores deben ser entrenados para detectar la radicalización en una etapa temprana, y deben disponer de las herramientas necesarias para mantener conversaciones que permitan a los alumnos vulnerables a la radicalización desafiar el extremismo violento por sí mismos. Esta formación debe estar a disposición de los educadores de forma continua y no ser únicamente una reacción esporádica tras tener lugar un atentado.
El manifiesto RAN aconseja también incluir la enseñanza del pensamiento crítico y los valores democráticos. En este sentido, se considera que el currículo debe ser enriquecido con herramientas en línea, que tiene un mayor poder de atracción para los jóvenes. Además, se recomienda que el contenido sea creado por personas que resulten más creíbles para los jóvenes en riesgo de radicalización, como pueden ser los formadores o las figuras comunitarias o religiosas.
El documento publicado por la RAN también aborda la implicación en el proceso educativo de los padres de los alumnos que son más vulnerables a la radicalización. Además, aboga por la participación de las víctimas, cuyos testimonios suelen tener un fuerte impacto entre los estudiantes, y por la práctica de debates y negociaciones en clase que muestren a los alumnos la posibilidad de resolver problemas sin necesidad de recurrir a soluciones violentas.