Queridos amigos asociados, me presento ante vosotros como la nuevadelegada de la AVT en la Región de Murcia. Soy Remedios Miñano Cortés, la hija mayor de Jose Miñano Miñano, víctima de un atentado de ETA en Vitoria en el año 1982, en cual perdió la vida un compañero, Francisco González Ruiz. Hubo varios heridos siendo mi padre el más grave.
Se quebró la unidad familiar durante un año en el que mi padre se curaba de sus quemaduras y heridas en Madrid, siendo yo acogida en el Convento de las Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús, en Alcantarilla, a las que les estoy enormemente agradecida por cuidarme también bien durante todos esos meses. Mi hermano Clemente quedo al cuidado de mis abuelos y mi hermana Sandra al cuidado de unos amigos de mis padres en Madrid.
Durante años he intentado mantenerme al margen de todo aquello, nunca he querido reconocer que yo también era una víctima del terrorismo de ETA. Quizás la madurez, la maternidad o simplemente el no querer que nadie olvide que aquello ocurrió, me dio la fuerza suficiente como para presentarme de voluntaria a delegada de la AVT.
La mañana en la que me reuní con Alfonso y Miguel estaba muy ilusionada y a la vez nerviosa por no saber si iba a estar a la altura de representar a este colectivo y para colmo se reunían con el Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, esa misma mañana. Vamos que en una primera toma de contacto ya estaba representado a los murcianos.
Recuerdo el impacto que me produjo la primera comida con asociados en Madrid, donde se encendieron muchísimas velas por todos los fallecidos y el bien que me hizo saber que había más gente como yo que luchaba en silencio por la pérdida de su ser querido, o por las graves heridas que aun soportaban los victimas. Fue cuando tome consciencia de que mis hijos no tenían que crecer al margen de esta realidad y también a esforzarme en ayudar a no olvidar.
Empecé a llevar a mis hijos a los campamentos que organiza la AVT en verano y a relacionarme con otras víctimas del terrorismo y saber que mi testimonio también era muy importante y aún hoy al recordar ese 31 de octubre me asaltan las lágrimas de un dolor insoportable. Ver a mi padre me consuela y pienso en tantas familias que han sufrido la barbarie del terrorismo, no ha nada ni nadie que pueda hacernos olvidar lo vivido.
Así que si soy capaz de superar mi sufrimiento es que soy capaz de ayudar y si soy capaz de ayudar es porque me siento con la fuerza suficiente para hacerlo. No sé si sabré estar a la altura pero mi intención es ayudar en todo lo pueda y en lo que no pueda también.
Quedo agradecida a Alfonso y a Miguel por confiar en mí, y a todo el equipo directivo de la AVT, no es tarea fácil, porque no me conocían de nada, sí a mi padre, Miñano, que ha luchado por los víctimas del terrorismo de la Región de Murcia ayudando a todos los delegados que han pasado con anterioridad. Hoy no está para ayudar, pero eso me da a mí aún más fuerza para alcanzar este objetivo que no es más que ponerme a disposición de la AVT y de todas la victimas.
Cada testimonio es importante, por eso me ha gustado la iniciativa de dar a conocer nuestros testimonios, queda grabado y queda escrito todo el sufrimiento vivido. Y animo a todos los víctimas del terrorismo q que cuenten su historia porque es muy importante para no caer en el olvido, si nosotros no podemos olvidar hagamos que nadie en este país olvide que un día alguien anónimo sufrió un atentado terrorista y que aún está sufriendo sus secuelas. Somos un gran colectivo por desgracia.
También me gustaría animar desde aquí a todos los asociados a que participen en los distintos eventos que organiza la AVT porque detrás hay un gran trabajo solo pensado para nosotros.
Sin más quedo a vuestra entera disposición para todo lo que podáis necesitar y aportar. Un abrazo.