Un acto organizado por funcionarios de prisiones homenajeó el pasado 11 de agosto a Conrada Muñoz, una vecina de Montillana (Granada) que murió hace tres décadas al abrir una carta bomba destinada a su hijo, trabajador de una prisión, y remitida por ETA.
La Presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), Maite Araluce, acompañó a la familia de Conrada, en un acto que consistió en la colocación de dos cintas de la medida de la Virgen del Pilar ceñidas a su sepulcro y unos rezos.
Conrada se convirtió hace treinta años en la primera víctima mortal de ETA en la provincia de Granada, un asesinato que fue recordado en el cementerio de la capital por un grupo de funcionarios de prisiones, familiares y amigos de esta vecina de Montillana.
Falleció al abrir un libro bomba remitido por la banda terrorista y destinado a su hijo, Dionisio Bolívar, destinado entonces en una prisión de Las Palmas de Gran Canaria. El acto también sirvió para recordar el sufrimiento que durante décadas padecieron el resto de víctimas y los funcionarios de cárceles de todo el país.