La Asociación Víctimas del Terrorismo quiere mostrar su más absoluta repulsa y condena por la decisión del juez norirlandés Tom Burgess de rechazar la petición de extradición, solicitada por la Justicia española contra Arturo Villanueva -procesado por el juez Baltasar Garzón en febrero de 2002- por su pertenencia a la organización terrorista Jarrai.
Burgess argumenta que aunque la orden "contiene suficiente información" para acreditar la integración en organización terrorista de Villanueva, "es vaga y faltan detalles específicos".
La AVT no puede compartir argumentos ni decisiones como éstas que animan a los terroristas y les otorgan razones para seguir asesinando; o en el caso que nos ocupa, les otorga fundamentos para pertenecer al entramado de captación de ETA (SEGI/JARRAI/HAIKA), considerado una organización terrorista por el Tribunal Supremo en el año 2007.
Justificar la falta de detalles como fechas, lugares u objetivos cuando Villanueva estuvo en prisión preventiva y fue puesto en libertad bajo fianza de 5 millones de pesetas –libertad que empleó para huir de la justicia y no comparecer a su juicio-, revela una falta de implicación en la persecución del terrorismo.
El juez Burgess está mandando un peligroso mensaje a los terroristas y no es otro que Belfast puede ser un nuevo santuario para ETA. La cooperación internacional en materia de Justicia y Cuerpos de Seguridad del Estado es necesaria e indispensable para socavar los cimientos del terrorismo –tal y como está sucediendo en Francia-. Todo lo que vaya en contra de esta cooperación y de enviar mensajes de impunidad a los terroristas es un paso atrás en la lucha global contra el terrorismo. Por lo que justificar con fundamentos legales la permanencia de un fugitivo de la justicia española en Belfast, abre un nuevo espacio para la impunidad, en la que la Justicia Norirlandesa será cooperadora necesaria.
Los representantes españoles ante el Tribunal de Langaside (Belfast) tienen ahora siete días para recurrir la decisión del juez. Pedimos a estos representantes que incluyan todos los datos que asegura el juez Burgess definirían con exactitud la pertenencia de Villanueva a Jarrai e instamos al juez Burgess que sopese su decisión, que sea consciente de las consecuencias –convertir Belfast en un santuario para ETA- que ésta puede originar.