Siete nuevos terroristas van a ser acercados a cárceles del País Vasco, o trasladados, como le gusta más decir al Ministro (que para el caso es lo mismo, señor Marlaska). Ya solo van a quedar otros siete para completar el objetivo que ETA y su entorno marcó en los inicios del 2022: acercar a todos los presos. Ahora, queda afrontar el segundo paso: que queden libres.
Es obvio que muchas cosas se están haciendo mal en este país en materia terrorista. En 2023, prácticamente todos los presos de ETA, o cumplen condena al lado de sus familiares, o están libres. A esto hay que sumarle que el yihadismo ha vuelto a golpear a nuestro país esta vez a manos de un individuo que debería haber sido expulsado pero que no lo ha sido por la “acumulación de casos” con la que cuenta el Ministerio del Interior.
Estaría bien que, por lo menos, una vez ejecutados todos los “traslados”, el Ministro entonara el mea culpa y admitiera: sí, he mentido. Mentí en 2018 cuando aseguré que “los acercamientos serían decisiones puntuales y estudiadas, y generalmente se tratará de presos sin delitos de sangre y con la mayor parte de la condena cumplida, salvo casos muy excepcionales estudiados minuciosamente y explicados con anterioridad”. Mentí cuando dije que “el acercamiento de presos de ETA se realiza en cumplimiento de la ley penitenciaria para evitar la "exclusión social". Y sí, mentí cuando dije en mayo de 2021 que pronto habría noticias sobre la reforma de la Ley 29/2011, de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo.
Admitir esto, desde luego no mitigaría el dolor de las víctimas, pero por lo menos no sumaría al dolor está sensación constante que tenemos de que, encima, nos están tomando por tontos. De hecho, cuando acabe esta infamia acercando a los 7 presos que quedan, esperamos que el Ministro Marlaska pida perdón a las víctimas del terrorismo, reconozca el daño causado y dimita automáticamente, pues habrá terminado el trabajo para el que Sánchez le fichó.
Los presos etarras que esta semana verán mejorada su situación penitenciaria sin colaborar con la Justicia son:
Dolores López Resina. Del Centro Penitenciario de Logroño a una cárcel del País Vasco. Condenada a 102 años de prisión por su participación en el atentado de ETA del 22 de febrero de 1992 en Santander en el que fueron asesinados Eutimio Gómez, Antonio Ricondo y Julia Ríos. También fue condenada a 186 años por su participación en el asesinato de Vicente Beti el 18 de abril de 1994 en Barcelona. También fue condenada a 17 años por el secuestro de José María Aldaya (1995) y otros 17 años y medio por el secuestro de Cosme Delclaux (1996).
Óscar Barreras Díaz. Del Centro Penitenciario de Logroño a una cárcel del País Vasco. En enero de 1999 la Audiencia Nacional le condenó a la pena de 35 años de prisión como responsable del atentado que acabó con la vida de Luis Andrés Samperio Sañudo.
Mikel San Sebastián Gaztelumendi. Del Centro Penitenciario de Soria a una cárcel del País Vasco. En mayo de 2010 la Audiencia Nacional le condenó a 1040 años de prisión como responsable del atentado que asesinó a Diego Armando Estacio Sivisapa y a Carlos Alonso Palate Sailema.
Luis Mariñelarena Garciandía. Del Centro Penitenciario de Pamplona a una cárcel del País Vasco. En 2002 fue condenado a 100 años de prisión como responsable del atentado en el que resultaron asesinados Fernando Buesa Blanco y su escolta Jorge Diez Elorza en febrero del 2000.
Aitor Cotano Sinde. Del Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia) a una cárcel del País Vasco. Fue condenado en 2011 a ocho años de cárcel por la preparación de un bidón de cerveza cargado de explosivos para cometer un atentado que no se pudo llevar a cabo. Además, ese mismo año El TS confirmó 15 años de cárcel para Aitor Cotano por colocar un artefacto en la sede del PSE en Balmaseda en 2007.
Jon Kepa Preciado Izarra. Del Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia) a una cárcel del País Vasco. Fue condenado a 377 años de cárcel por intentar asesinar a la que fuera teniente de alcalde del municipio vizcaíno de Portugalete, Esther Cabezudo. También fue condenado a 54 años de prisión por colocar un artefacto explosivo en la parte trasera del edificio de la empresa Iberdrola, ubicado en el barrio bilbaíno de San Adrián, en julio de 2003. Además, fue condenado por la Audiencia Nacional a 9 años de cárcel por colocar un coche bomba junto al edificio que alberga a la hacienda foral vizcaína y la sede de Antena 3. También fue condenado a 16 años de prisión por el artefacto que según la sentencia colocó el 23 de junio de 2003 en los baños masculinos del hotel Tamarises en la localidad vizcaína de Getxo. En 2016 hizo pública su ruptura con la izquierda abertzale oficial por su rechazo a la violencia "como arma revolucionaria", situándole en el colectivo ATA, que se muestra en favor de la amnistía de los reclusos etarras que cuestiona la línea oficial de Sortu.
Jon Mirena San Pedro Blanco. Del Centro Penitenciario de Dueñas (Palencia) a una cárcel del País Vasco. Condenado a 50 años de cárcel por participar en un intento de atentado contra un policía que se produjo el 6 de junio de 1991 en Baracaldo (Vizcaya).
TOTAL PRESOS FUERA DEL PAÍS VASCO: 7 (+11 NAVARRA)
Total presos País Vasco: 160
- Zaballa (Álava): 71
- Basauri (Bilbao): 32
- Martutene (San Sebastián): 40
- País Vasco sin determinar: 16
Total Presos Navarra: 11
TOTAL 171 DE 178 (96%)