Desde la Asociación Víctimas del Terrorismo, que contamos con más de 4.800 asociados/a , alrededor de 200 de ellos/as en la Comunidad Gallega, hemos tenido conocimiento en los últimos días por medio de los medios de comunicación de que la eurodiputada del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Ana Miranda, cuenta con el etarra Pernando Barrena entre sus seis asesores en el Europarlamento. Este hecho, se suma a la presencia del BNG en la manifestación en favor de la libertad de los presos de ETA que se celebró en Bilbao el pasado 13 de enero.
Cabe recordar que Pernando Barrena reconoció en 2016 su vinculación con ETA para evitar entrar en prisión y asumiendo una inhabilitación de un año y ocho meses. Barrena fue detenido en numerosas ocasiones y fue procesado en varios sumarios contra ETA. De hecho, llegó a ser investigado por 108 delitos. Barrena salió en libertad bajo fianza, pero en 2008 se le detuvo de nuevo bajo la acusación de integración en organización terrorista. Barrena pasó dos años en prisión preventiva de la que salió bajo fianza de 50.000 euros. No olvidemos, que durante una de sus detenciones, los agentes pudieron observar que tenía un cuadro enmarcado con el anagrama de ETA en su domicilio.
Esta situación no es nada nuevo, pues en las anteriores elecciones europeas y durante unos años, Pernando Barrena ocupó un escaño en el Parlamento Europeo, pues Bildu se presentó en colación con el BNG y otras formaciones nacionalistas y se repartieron por años el escaño cada uno de los candidatos.
Desde el momento que se ha ido blanqueando políticamente a Bildu, toda esta serie de personajes han ido volviendo a las instituciones paulatinamente llegando a ser socios de Gobierno. Y esto para las víctimas del terrorismo es muy humillante y doloroso. Mucho. Que las nuevas generaciones piensen que esta es la nueva izquierda es muy peligroso. Bildu no es un partido progresista ni es un partido que tenga una agenda social, es el partido heredero del brazo institucional de ETA que a día de hoy sigue defendiendo que algunos asesinatos de ETA estuvieron justificados. Con los asesinos y los que les jalean no debería existir ningún tipo de alianza ni diálogo. El asesinato, la extorsión y la vulneración de los derechos humanos no son formas de hacer política y no deben ser socialmente aceptadas.
El posicionamiento debe ser claro: o se está con las víctimas o con los terroristas. Desde luego, el BNG nos está demostrando ya desde hace mucho tiempo, y ahora especialmente, que su sitio está al lado de los terroristas, a los que quieren fuera de las cárceles y bien cerca de ellos asesorándoles apoyándose en su trayectoria delictiva.
Sin duda, España está cogiendo una deriva absolutamente trágica: mientras las víctimas estamos cada vez más denostadas, ninguneadas y vapuleadas, los terroristas nos dan lecciones desde sus escaños.