La Presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Maite Araluce, analizó en el curso de verano de San Lorenzo de El Escorial titulado "Lecciones aprendidas en la atención psicológica a las víctimas del terrorismo: más de 10 años del Proyecto AVT-UCM" lo que ha supuesto el proyecto “Seguimiento y tratamiento psicológico de las víctimas de atentados terroristas en España. AVT-UCM”. “Habéis contribuido a mejorar con creces la vida de las víctimas. Duele, sigue doliendo, pero hemos aprendido a sobrellevarlo de otra manera, a ser capaces de seguir viviendo”. Además, agradeció directamente a los catedráticos complutenses de Psicología María Paz García-Vera y Jesús Sanz, directores desde 2012 de este proyecto.
Durante este curso, participaron diferentes responsables de la AVT, como el Consejero de la asociación, Miguel Folguera, que abogó por la implementación de un protocolo de actuación ante un atentado terrorista a nivel nacional, ya que únicamente existe a nivel autonómico, y reivindicó el derecho a la verdad de las víctimas como reparación para quienes "muchas veces no reciben justicia". Además, incidió en que "la primera atención psicológica a una víctima es fundamental y debe ser realizada por un profesional con una formación integral".
Por su parte, la Jefa de Prensa de la AVT, Leire Jara, expuso durante su ponencia un decálogo que recoge algunas indicaciones de cómo deben los medios de comunicación tratar el terrorismo, entre ellas citó no menoscabar la dignidad de las víctimas y no buscar el morbo ni la especulación en las informaciones sobre víctimas.
Además, varias víctimas del terrorismo destacaron la importancia de la atención psicológica especializada en esta clase de experiencias traumáticas, tanto en el momento del atentado como en acompañamientos posteriores a la pérdida de seres queridos en estas circunstancias.
Entre estas víctimas, Ángeles Pedraza, quien perdió a su hija Miryam en los atentados del 11M, señaló lo esencial que fue para ella sentirse arropada por los servicios de emergencias y el equipo psicológico que se encontraban en Ifema, donde identificaron el cuerpo. También insistió en que lo útil en esos momentos no son "charlas" de nadie, sino la empatía y la escucha de los profesionales, así como asumir tareas que la víctima no es capaz de procesar.