Con la llegada del verano, el campamento de la AVT es una de las actividades más esperadas por los asociados más jóvenes. Cada año nuestros menores se encuentran de nuevo y disfrutan de unos días de convivencia. Los campamentos de verano son en sí mismos una experiencia. Una experiencia de la vida, un rincón en el que hacer amigos, vivir diferentes aventuras y asomarse un poco también a la vida adulta, responsabilizándose de su propio bienestar y tomando decisiones importantes dentro de la vida del campamento. Este año nuestros/as 47 jóvenes se desplazaron el martes 15 de julio hacia la localidad de Brazatortas (Ciudad Real) para disfrutar de 12 días de Campamento de Verano. Durante su estancia, disfrutaron de las múltiples actividades que ofrece este espacio, tales como una excursión a un parque acuático, la visita a unas piscinas naturales en medio de la naturaleza, e incluso una visita a un rocódromo profesional.
Cada mañana se llevaron a cabo las actividades temáticas. Durante la tarde se realizaban nuevas actividades con un descanso para merendar. Estas consistían en talleres, juegos o gymkanas y finalmente un rato en el lago privado del albergue. Cada noche, tras la cena, los acampados/as disfrutaron de una velada temática. Junto con esta rutina diaria, se realizaron varias excursiones. En la primera de ellas, los niños/as realizaron una pequeña ruta de senderismo. En la segunda excursión, caminaron hasta Brazatortas y allí realizaron diferentes juegos que recorrían los lugares más emblemáticos de la localidad para finalizar con un baño en la piscina local.
Durante todo el campamento, las actividades planteadas estavieron orientadas al mundo de la naturaleza. El objetivo de este tipo de actividades es motivar a los jóvenes para que conozcan y fomenten su interés por descubrir, observar, describir y valorar la naturaleza, los valores que la integran y las acciones que debemos realizar para conservarla.
Sin ninguna duda, las actividades estrella del campamento fueron las veladas. Cada día tenían una temática diferente. Sin embargo, quizás la más especial de todas fue la noche en la que durmieron todos/a y juntos/as en la orilla de la playa, bajo las estrellas. Disfrutaron de un atardecer y amanecer espectaculares, así como de las diferentes historias acerca de las constelaciones.
Para la AVT sigue siendo primordial crear estos espacios que suponen una nueva experiencia cada año para nuestros asociados/as. Gracias a este tipo de encuentros, los/as más jóvenes disfrutan de unos días de convivencia y diversión rodeados de naturaleza y se contribuye al fomento de valores tales como la autonomía personal, la responsabilidad, el manejo emocional, unos hábitos saludables y el respeto hacia los demás y a la naturaleza.