La AVT muestra su repulsa a la decisión de la Audiencia Nacional de mantener la libertad condicional de Rafael Díez Usabiaga, algo que considera supone premiar a los miembros del entramado de ETA, que no sólo se burlan de la Justicia y los ciudadanos, sino que una vez más, demuestran que saben obtener beneficios -con la connivencia de las instituciones judiciales- de los resquicios legales que les ofrece el Estado de Derecho, que dicen no reconocer.
Respetamos las decisiones judiciales y estamos seguros que este fallo se adhiere con exactitud a la norma jurídica. Pero las víctimas no podemos moralmente compartir ni aceptar el fallo que prolonga la libertad de Díez Usabiaga. Mucho menos aún cuando la Fiscalía de la Audiencia dejó claro anteriormente que la circunstancia humanitaria alegada por el exdirigente del LAB fue "artificialmente creada".
Menos aún cuando de todos es sabido que Díez Usabiaga se demoró varios días en ir a visitar a su madre –por la que con tanta urgencia abandonó prisión-. No podemos compartirlo cuando el auto decide restar importancia al hecho de que no haya una declaración formal de dependencia de la madre de Usabiaga, o que el propio Usabiaga no cumpla los requisitos de la Ley de Dependencia según la Diputación de Guipúzcoa: donde se deja claro que tanto el dependiente como su supuesto cuidador –en este caso Usabiaga- deben estar empadronados y convivir en el mismo domicilio.
Una vez más la Justicia aplica su "buenismo" a los colaboradores y miembros del entramado etarra, sin reflexionar lo que eso supone: dar ventajas y beneficios a quien, bajo ningún concepto, cumple con los deberes de todo ciudadano de derecho.