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Muy buenas tardes a todos. Muchísimas gracias por acudir, una vez más, a una convocatoria de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. A lo largo de nuestra historia han sido muchas las veces en las que os hemos pedido vuestro apoyo y vuestra presencia para defender aquello por lo que llevamos ya 30 años luchando: la verdad, la memoria, la justicia y la dignidad de las víctimas del terrorismo. Estos son los principios rectores de nuestra asociación. Los principios que definen una larga batalla contra el terrorismo y a favor de la democracia. Contra el fanatismo y a favor de la libertad.
Quiero dar las gracias de manera especial a todos los colectivos que se han puesto en contacto con nosotros y se han adherido a nuestra iniciativa. Los voy a mencionar a todos: Asociación Dignidad y Justicia, Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco (COVITE), Fundación Miguel Ángel Blanco, Fundación Gregorio Ordóñez, Asociación de Ayuda a las víctimas del 11-M, Asociación Gallega de Víctimas del Terrorismo (Agavite), Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo, Asociación Catalana de Víctimas del Terrorismo, Fundación para la defensa de la nación española (DENAES), Manos Limpias, Asociación de Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado Víctimas del terrorismo, Asociación Murciana Víctimas del terrorismo (Amuvite), Asociación Nacional para la Libertad Lingüística, Plataforma España y Libertad y Fundación Unidad Más Diversidad y Plataforma "Un millón de voces contra ETA". Gracias por apoyarnos. Todos sabemos que unidos somos más fuertes.
También quiero hacer una mención especial a las asociaciones venezolanas y colombianas que nos secundan: Plataforma democrática de venezolanos en Madrid, Frente Iberoamericano por la libertad, Fundación un millón de voces, Federación de organizaciones venezolanas en el exterior y ACOVIT (Asociación Colombiana de Víctimas del Terrorismo). Tenéis no sólo nuestro agradecimiento, sino también nuestra admiración, nuestro apoyo y nuestro afecto.
Por último a todos los ciudadanos que habéis venido hoy. Sabemos que no es fácil dar la cara. Jugársela. Defender los principios. Y menos en estos momentos. Por eso, gracias. Gracias de verdad.
Os hemos convocado a las puertas de la Embajada de Venezuela. Estamos aquí porque queremos que la voz de las víctimas se oiga de manera clara, nítida y firme. Sin intermediarios ni tergiversaciones. Queremos que las autoridades venezolanas nos escuchen porque lo que les vamos a decir, que aunque para algunos sean "palabras necias", para nosotros es muy importante.
Primero: Exigimos una rectificación total, contundente e inmediata al embajador de Venezuela en España, el señor Isaías Rodríguez, quien tuvo la desvergüenza de acusar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad españolas –concretamente a la Guardia Civil- de obtener confesiones bajo tortura. Sus infames insinuaciones son intolerables y exigen una petición pública de perdón. Primero a la Guardia Civil, cuya labor en defensa de la democracia y de las libertades nunca podremos compensar. Y luego a todos los españoles. Nosotros sí vivimos en democracia. Nosotros sí vivimos en un Estado de Derecho. Y aquí ni se tortura ni se acusa de torturas sin pruebas y con el único objetivo de tapar la propia responsabilidad.
Segundo: Exigimos al presidente de Venezuela, el señor Hugo Chávez, que pase de cobijar a ETA a colaborar contra ETA. Ya no valen las palabras huecas ni las falsas promesas. Colaborar es actuar. Y actuar significa hacer lo siguiente:
Uno: El Gobierno de Venezuela debe extraditar sin más dilación a todos los terroristas de ETA reclamados por las autoridades españolas. Y que no nos digan que nos los encuentran. Que no saben dónde están. La mayoría de estos terroristas están perfectamente localizados. Algunos incluso trabajan para el Gobierno. Ahí van cinco casos:
1. Arturo Cubillas Fontán: Director Adscrito a la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras de Venezuela, desde 2007 es Jefe de Seguridad del Instituto Nacional de Tierras (INTI). Supuesto responsable de ETA en Venezuela. Reclamado por España desde 1985. Responsable de tres asesinatos.
2. Eugenio Barrutiabengoa Zabarte: Trabajador del INTI, acusado de 10 asesinatos.
3. Luis María Olalde Quíntela: Trabajador del INTI, acusado de 3 asesinatos.
4. Jesús Ricardo Urteaga Repolles: Trabajador del INTI, implicado en 3 asesinatos.
5. José Martín San Sebastián Aguirre: Trabajador del INTI, imputado en 2 asesinatos.
Dos: El Gobierno del Sr. Chávez tiene la obligación diplomática, política y moral de acabar con el santuario para etarras en que se ha convertido Venezuela. Esto significa perseguir a los terroristas. Detenerles. Y entregarles a España para que puedan ser juzgados por sus graves crímenes. Bajo Chávez, Venezuela se ha convertido en un paraíso para los etarras, en el principal refugio y madriguera de quienes han asesinado a nuestros familiares. Esto se tiene que acabar. Y se tiene que acabar ya. Por justicia. Pero también por eficacia.
Os daré un ejemplo de cómo aprovechan los etarras el manto protector de las autoridades venezolanas: Tras cometer más de 10 asesinatos en España, el etarra José Lorenzo Ayestarán Legorburu se refugió en Venezuela. Allí pasó más de 20 años. No sólo seguía vinculado a ETA, sino que junto con Arturo Cubillas se dedicaba a entrenar a etarras. España pidió su extradición, pero las autoridades venezolanas la denegaron. Hace poco fue detenido en Francia, donde había vuelto a la actividad terrorista. Una ETA necesitada de refuerzos había echado mano de él.
ETA encuentra en sus santuarios los relevos que necesita para reactivar sus comandos asesinos. En Venezuela tiene un banquillo criminal.
Tercero: Exigimos al Gobierno de España que sea coherente con sus propias proclamas e impulse una política exterior para la derrota de ETA. La política de la derrota del terrorismo no se acaba en nuestras fronteras; las trasciende para abarcar todo el ámbito de la política internacional. Y aquí también exigimos hechos, no palabras. No basta con pedir explicaciones. Hay que exigir resultados. Y los resultados no se consiguen con tibieza, sino con firmeza. En las formas y en el fondo.
El Gobierno tiene que exigir al Sr. Chávez la extradición inmediata de todos los etarras refugiados en su país. Tiene que respaldar de manera pública y contundente tanto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como a los jueces españoles que están investigando las conexiones de ETA con las FARC y el Gobierno venezolano. Tiene que llamar a consultas al embajador de España en Venezuela. Y por último, en caso de que el Sr. Chávez persista en el amparo a los terroristas y la humillación a las víctimas, el Gobierno de España tiene que romper relaciones diplomáticas con Venezuela.
La derrota de ETA exige el fin de la impunidad. De la impunidad en España y de la impunidad fuera de nuestras fronteras. Ningún terrorista debe sentirse a salvo de la justicia. Ni en nuestras calles ni en las calles de Caracas. Ni en nuestras instituciones ni en las instituciones de Venezuela.
Nada justifica el atropello a