Buenos días a todos. Gracias por vuestra asistencia a esta rueda de prensa, convocada para dar a cono">
Buenos días a todos. Gracias por vuestra asistencia a esta rueda de prensa, convocada para dar a conocer los detalles de la manifestación del próximo 9 de abril en Madrid con el lema "Por la derrota del terrorismo: ETA fuera de las elecciones". Nunca una convocatoria había sido tan unitaria. Y eso es muy importante, porque la unidad (como me han oído decir ustedes en muchas ocasiones) es nuestra mayor fortaleza en el camino de la derrota definitiva de los terroristas.
También por ello, y como no puede ser de otro modo, quiero empezar dando las gracias, de todo corazón, a la multitud de colectivos, asociaciones, fundaciones, sindicatos policiales, asociaciones de la Guardia Civil…. que se han sumado a nuestra convocatoria. Su apoyo nos anima, alienta y fortalece ante el inmenso desafío que tenemos por delante.
Estamos en un momento absolutamente decisivo, en una encrucijada crítica. En las próximas semanas, la democracia española, y de manera muy especial las víctimas del terrorismo, nos jugamos lo más importante. Nos jugamos la derrota efectiva de ETA. En las próximas semanas, se decidirá si el final de ETA es un final con vencedores y vencidos o, por el contrario, un final en el que ETA consiga su principal objetivo: el regreso a las instituciones y la puesta en marcha del proyecto político antidemocrático, excluyente y totalitario por el que lleva 50 años matando. La diferencia es abismal y sigue estando ahí: es lo que separa la dignidad de la deshonra, la libertad de la rendición.
Existen dos políticas frente al terrorismo: la política de la firmeza y la política de la negociación. Estos últimos días, hemos podido comprobar hasta dónde fueron capaces de llegar algunos en su aplicación de esa política de negociación. Chivatazos a ETA; presiones a los jueces; cambios de fiscales; beneficios a secuestradores; excarcelaciones de terroristas con delitos de sangre; promesas de indultos masivos; legalización del brazo político de los terroristas; mentiras al conjunto de los españoles… Se llegó a negociar después del atentado de la T4, eso sí con la condición de que fuera "en secreto". Lo que hemos conocido en los últimos días hiela la sangre. No tiene justificación y jamás podrá ser olvidado. Constituye una traición a las víctimas del terrorismo y al conjunto de la sociedad española, y supone el más alarmante precedente.
Si la negociación con ETA fue una traición, la vuelta de ETA a las instituciones el 22 de mayo sería la victoria definitiva de ETA: su triunfo sobre la democracia española y la libertad.
Los objetivos y la estrategia de ETA no han cambiado. Su objetivo es el de siempre: volver a las instituciones para poner en marcha su proyecto político para la autodeterminación del País Vasco y la anexión de Navarra. Lo advertimos el día que anunciamos la convocatoria de la manifestación del 9 de abril: ETA está dispuesta a todo para presentarse a las elecciones del próximo 22 de mayo. Desde presentar un partido nuevo con apariencia de cordero, a utilizar las agrupaciones electorales, a recurrir a Eusko Alkartasuna como vientre de alquiler.
Sobre la decisión del Tribunal Supremo de no permitir la inscripción de Sortu, reiteramos lo que dijimos el día que se hizo público el fallo: el Tribunal ha hecho lo que debía. Y aprovecho esta ocasión para destacar el rigor de aquellos jueces que, en base a los magníficos informes proporcionados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, han impedido un atropello a la Ley, a la democracia y al Estado de Derecho.
Ahora bien, la decisión del Supremo no nos tranquiliza ni muchísimo menos. Primero, porque, a diferencia de anteriores ocasiones y de manera incomprensible, la decisión no ha tenido un respaldo unánime. Y, segundo, porque la primera reacción de algunos tras el fallo ha sido dirigir sus presiones hacia el Tribunal Constitucional. En este sentido, nos parecen especialmente lamentables las declaraciones del lehendakari Patxi López en el sentido de que Sortu tiene ahora la "oportunidad" de demostrar ante el Constitucional que ha roto con ETA. Sortu no ha roto ni romperá con ETA porque Sortu es un instrumento de ETA.
El riesgo, por tanto, no ha disminuido. Sigue ahí, presente. El Plan A de Sortu sigue vigente. El Plan B de las agrupaciones sigue vigente. Y el plan C de EuskoAlkartasuna sigue vigente, ahora con fórmulas de polos soberanistas, presentados con luz y taquígrafos ante la intolerable pasividad general. Hasta el último minuto, ETA intentará colarse en las instituciones y hasta el último minuto existirá el peligro cierto de que lo consiga.
La responsabilidad de impedir la presencia de ETA en las elecciones es, ante todo y por encima de todo, del Gobierno de la Nación. A él nos dirigimos. Le exigimos que cumpla con su obligación. Le exigimos que impida el regreso de ETA a las instituciones. Le exigimos que no nos hurte a las víctimas y al conjunto de los españoles aquello a lo que tenemos derecho: la derrota total de ETA; su desaparición, su deslegitimación y su desistimiento.
Nadie puede pedirnos a las víctimas generosidad. Y desde luego nadie puede pedirnos que confiemos en un Gobierno que fue capaz de hacer todo lo que hizo: mentir, pisotear la ley, y traicionar la memoria y dignidad de las víctimas del terrorismo.
Acabo ya. Y lo hago haciendo un llamamiento a todos los ciudadanos para que nos acompañen el próximo 9 de abril en Madrid. Durante muchos años, las víctimas tuvimos que luchar en la clandestinidad contra el olvido y la incomprensión. Hoy, afortunadamente, contamos con el apoyo de muchos españoles que no han permitido que la muerte de nuestros seres queridos sea en vano. A todos ellos apelamos hoy. A su generosidad. A su compromiso. Y a su apoyo. Juntos podemos conseguir unas elecciones sin ETA. Juntos, podemos conseguir la derrota definitiva del terrorismo y el triunfo de la libertad.
Ellos no pueden estar. ¡Tú sí! ¡Te esperamos!