Excelentísimas autoridades, queridas víctimas del terrorismo, queridos amigos.
Gracias por estar hoy aquí, un año más, bajo el cobijo de estos 191 árboles del Bosque del Recuerdo. Volvemos al Retiro. Volvemos para mirar al cielo. Para recordar. Para honrar a los que ya no están entre nosotros por culpa del terrorismo. Hoy, 11 de marzo de 2014 es el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo.
Pero además, hoy se cumplen diez años del mayor atentado terrorista de la historia de Europa. Diez años que mi corazón y el de miles de personas se partió en mil pedazos al ver como la cobardía infame de los terroristas nos arrebataba las vidas de nuestros hijos e hijas, nuestros padres y madres, nuestros hermanos y hermanas, nuestros amigos y amigas,… Un día en el que miles de vidas quedaron marcadas para siempre por haber formado parte de aquel viaje macabro que cortó sus ilusiones, sus proyectos, sus esperanzas,…
191 vidas rotas por la barbarie. Y miles de personas que quedaron heridas. Una ciudad rota entre lágrimas en forma de una lluvia que no nos abandonó en aquellos días de marzo. Los relojes de todos los que sufrimos aquello siguen parándose cada mañana. El mío se detiene a las 7:39. Con vuestros recuerdos. Con el mismo miedo. Con la misma sensación de angustia y pánico.
Han pasado 10 años desde que el terrorismo golpeó el corazón de todos. 3652 días en los que ni por un minuto hemos dejado de luchar por la Justicia que merecen todos los que iban en esos trenes. Por su Memoria. Por su recuerdo. 522 semanas en las que sus historias, sus vidas, sus sueños, sus retos,… han permanecido siempre vivos en nuestros corazones. Y así seguirá siendo en el futuro.
A lo largo del año, tengo la oportunidad de leer decenas de discursos. Pero en ninguno mi corazón se estremece como en este día. Palabra a palabra es imposible evitar que en mi cabeza se agolpen todas aquellas imágenes de angustia, peregrinando por hospitales de todo Madrid, aquella larga noche en IFEMA,… Cada instante está grabado a fuego en mi memoria.
Cada día de estos últimos diez años he luchado para conseguir Justicia para mi hija Miryam y para todos los que la acompañaban en aquellos trenes del terror. Pero hoy, 11 de marzo de 2014, no quiero que sea un día para reproches. No tiene que ser un día para enfrentarnos los unos con los otros. No tiene que ser un aniversario marcado por la polémica. Hoy no. Hoy tenemos que tener un objetivo sencillo: honrarles a todos y cada uno de ellos. A partir de mañana podremos seguir con nuestra lucha pero hoy es el Día de las Víctimas.
Hoy quiero dirigirme a los políticos e instituciones de toda España desde este lugar de Madrid. Sé que todos estáis esperando las palabras de la presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo. Pero hoy, 11 de marzo de 2014, me dirigiré a ellos y a todos los que nos acompañáis como madre.
Quiero contarles como duele el alma y el corazón cada minuto, cada hora, cada día, cada semana, cada mes,… Cada uno de estos diez años pesa en mi corazón y en mi espalda. Pesa el recuerdo. Pesa el miedo. Pesa el dolor. Por eso, quiero explicar bien cómo nos sentimos las víctimas para que entiendan como son nuestras vidas. Esas vidas rotas por el terrorismo. Quizás así, conociendo como nos sentimos, puedan empezar a entender nuestras reivindicaciones.
Mi vida, al igual que la de todas y cada una de las víctimas del terrorismo, se quedó parada el día del atentado. Ese instante tan trágico, tan desconcertante, tan terrible,… Ese día queda para siempre marcado a fuego en nuestros corazones. Desde aquel día 11 de marzo de 2004, vivo en un estado en el que se respira pero que duele tanto que no se le puede llamar vida.
Desde que aquella hora maldita, las 7:39 de la mañana, el terror me arrebató de mis brazos a mi hija de la manera más cruel, cada día es más grande la punzada que uno recibe. Cada mes se hace más largo por su recuerdo. Cada año es más pesado en este dolor eterno que sé que me acompañará el resto de mi vida.
Por eso, quiero que comprendan nuestras reivindicaciones, nuestros anhelos y nuestros miedos. Quiero que sean conscientes del dolor inmenso que sentimos día a día todas y cada una de las víctimas del terrorismo. Y quiero que nos ayuden a conseguir Justicia; quiero que acaben con los terroristas y derroten al terrorismo; quiero que encabecen la bandera de la Memoria y el recuerdo de las víctimas del terrorismo; quiero que defiendan nuestra Dignidad frente a lo indigno y la infamia,…
Señores políticos, quiero que no nos dejen sufrir en la soledad y la oscuridad. Aprovecho este día que está marcado en los corazones de todos los ciudadanos españoles para pedirles con el corazón en la mano: NO NOS DEJEN SOLAS. NO ABANDONEN A LAS VÍCTIMAS. Luchen con coraje por derrotar de una vez por todas a todos los terroristas.
No sólo necesitamos grandes palabras en actos de homenaje. Necesitamos el apoyo en nuestra lucha por la Justicia: el respaldo de aquellos que tienen que proteger a los más débiles frente a aquellos que decidieron apretar un gatillo o estallar un detonador y destrozaron nuestras vidas.
Sabemos que España está atravesando una brutal crisis económica y que la preocupación por la economía es fundamental para salir adelante. Pero la Dignidad y la Justicia para con las víctimas del terrorismo tiene que ser también un pilar fundamental de un país que siempre ha estado junto a ellas.
Queridos amigos,
Hoy es el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo. De todas y cada una de ellas. Una fecha señalada. Pero por desgracia, en España, prácticamente todos los días del calendario están marcados en negro por la cobarde barbarie terrorista. Más de mil vidas rotas por la sinrazón de aquellos que sólo entienden el lenguaje de las armas y las bombas. Cada uno de esos nombres de esa lista trágica es una razón de peso para que en España se luche contra el terrorismo hasta el último suspiro de nuestro aliento. Porque para dignificar a las víctimas, son muy importantes los homenajes como éste, sí. Pero es fundamental hacer Justicia.
Pero algo no va bien si las víctimas pasamos de ser una referencia moral a sentirnos cada día más solas con nuestra lucha. ¿Es justo que los que sufrimos en nuestras vidas el dolor infringido por los terroristas seamos un estorbo para muchos? Ante todos estos obstáculos, las víctimas reaccionaremos luchando más cada día. Se lo debemos a los que ya no están. Por ellos seguimos cada día en pie. Por su recuerdo. Por su Memoria. Por su Dignidad. Por su Verdad. Para conseguir la Justicia que merecen. Todos y cada uno de ellos.
Hoy quiero lanzar una mirada hacia este cielo de Madrid. El cielo que lloró junto a todos hace diez años. Por Miryam, mi hija. Por todos sus compañeros de viaje a los que hoy recordamos en este Bosque del Recuerdo. No los olvidamos. Ni un solo día. Su recuerdo, su vida, sus sueños que no pudieron cumplir,... seguirán siempre vivos en nuestros corazones.
Acabo ya. Ahora mismo mis palabras, aunque suenen a otra cosa, querrían recitar uno a uno esos 191 nombres que están grabados a fuego en el corazón de este país. Esos 191 nombres tienen que sentirse hoy en todas partes. Están aquí, con nosotros, porque su Memoria sigue viva.
Gracias a todos por acompañarnos hoy. Os lo digo como presidenta de la AVT, pero sobre todo como madre. Gracias por estar con las víctimas. Os pido que no sé quede en hoy, sino que estéis con nosotros cada día. Hoy es 11 de marzo, pero a partir de mañana seguiré adelante, luchando por todas y cada una de las víctimas del terrorismo con todas mis fuerzas. Gracias.